En un desierto de
soledades
hombres de arena se
abrazan a la nada.
Anhelan una lágrima,
un reflejo de luz
en su último destino.
Esperan que una
tormenta
de rayos multicolores
los arranque del tortuoso atril
donde la voz se desenhebra.
Buscan el resplandor
del agua,
un nuevo misterio en
este páramo
de seres sin pies ni
manos
repudiados de la
acritud de la tierra.
En la soledad del
tiempo
olvidan su nombre las
estrellas.
Viajan sin rumbo
el silencio del
universo.
Buscan una nueva flor
de planeta en planeta.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?
PEDRO
SALINAS
En mi hombro se ha posado el
sueño
y es del mismo temblor que tus
cabellos.
GERARDO
DIEGO
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