11/27/2006

CAMPOS DE SARAMAGO

Delgados supervivientes
pastorean mirando al sol.

El terronal
se torna de esplendor
cuando alfombran sus pies
de vida indiferente.

Espontáneos manojillos
que bordean los caminos, estampan
horizontes amarillos y verdes.

Cenicientas en floreros de la tierra
con las manos de arcilla.

Nodos de la luna nueva
escalan los tejados
suspendidos de serenata,
entre aplausos
de lechuzas encantadas.

Se sorprenden las farolas
cuando te miran con disfraz de galán.

Cuando abre sus postigos la primavera
mis ojos se inundan de Saramagos
y de riberas portuguesas.

De hombres necesarios, que derrotan
los calendarios de las guerras, aventando
con la pluma y con la voz, con el cuerpo
y con el alma: semillas de esperanza.

Gracias José, por ser un Saramago
de mis campos.

El Coleccionista De Momentos

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